Introducción
Los pacientes admitidos en el hospital pueden sufrir una cantidad significativa
de lesiones a causa del manejo médico [1,2]. Dentro de los entornos de atención
aguda, la sala de operaciones (SO) es una fuente frecuente de eventos adversos,
debidos principalmente a su estructura intrínsecamente compleja [3]. Tales
errores pueden ser catastróficos para los pacientes, el personal y las
instituciones de atención de la salud también [4].
En
la SO, los eventos adversos son disparados a menudo por una combinación de
factores, tales como casos exigentes, presión para efectuar tareas complejas y
prioridades conflictivas [5], lo que pueden llevar a un aumento de la tensión
mental, estrés y mal trabajo en equipo [6-8]. Eso es particularmente válido en
un contexto de recursos limitados [9,10].
También
es probable que esos factores estén vinculados en un efecto cascada: el aumento
de la carga de trabajo puede resultar en una mayor demanda mental, lo que puede
superar los recursos del equipo quirúrgico para hacerle frente. Eso, a su vez,
conduce a un estrés excesivo, que es perjudicial para las facetas técnica,
cognitiva y de trabajo en equipo, del rendimiento quirúrgico [11].
La comprensión actual del impacto de los factores ambientales sobre el
desempeño del cirujano y los procesos cognitivos, o sobre las limitaciones del
equipo quirúrgico, es limitada [12]. Estudios previos en otras organizaciones
de alta confiabilidad, han demostrado que la multitarea puede tener un efecto
perjudicial sobre el desempeño, particularmente en ambientes bajo presión,
porque conlleva un grado de distracción de la tarea primaria [13-15].
En
esos ambientes no de atención médica, las distracciones son estudiadas en
detalle e intencionalmente minimizadas. Por ejemplo, las distracciones son
reconocidas como una de las causas más comunes de error del piloto [16] y la
práctica de la “cabina estéril” (sin conversaciones innecesarias) ha sido
introducida para asegurar una atención enfocada, sin distracciones, en las
fases críticas de seguridad de un vuelo.
No obstante, dentro de la cirugía, la mayoría de los estudios hasta la fecha
sólo han descrito la prevalencia de las distracciones ambientales en la SO, con
poca exploración de sus consecuencias sobre los cirujanos, anestesiólogos y
personal de enfermería [17-21]. Eso es motivo de preocupación, dada la
evidencia que sugiere que el aumento de las distracciones puede llevar a una
mayor tasa de errores en la SO [22]. Eso es reflejado por la Agency for
Healthcare Research and Quality que exige un “nivel de alta prioridad” para
reducir las distracciones en la SO y mejorar la seguridad del paciente [23].
La literatura psicológica sugiere que las distracciones pueden llevar a una
mayor tensión en la memoria de trabajo, reducir la capacidad de reserva de
atención y aumentar tanto la demanda cognitiva como el estrés. Sin embargo, la
mayoría de los estudios que vinculan las distracciones con el desempeño de los
cirujanos, aunque bien conducidos, han sido llevados a cabo en ambientes
simulados, con poca extrapolación con el entorno real de una SO [24].
Una
excepción es un reciente ensayo comprobando la reducción de ruido en una SO
pediátrica, que encontró que el ruido excesivo se asociaba tanto con las
respuestas del cirujano al estrés (psicológico y auto-reportado), como con las
complicaciones postoperatorias [25]. Una comprensión más detallada del origen y
del impacto de los diferentes tipos de distracciones sobre los miembros del
equipo quirúrgico, permitiría el desarrollo de intervenciones orientadas para
prevenir o mitigar sus efectos, llevando – por lo tanto – a una práctica
quirúrgica más segura.
Este estudio apuntó a investigar si las distracciones en la SO están asociadas
con deterioro del trabajo en equipo, mayor carga de trabajo mental y mayor
estrés en los equipos quirúrgicos.
Métodos
iseño del estudio, entorno muestra
Este fue un estudio prospectivo, observacional transversal. Noventa casos de
cirugía general fueron muestreados al azar, utilizando listas generadas por
computadora, en un hospital grande de comunidad en Londres (Reino Unido), sobre
un período de 10 meses consecutivos, para superar cualquier sesgo estacional.
En consonancia con los principios de investigación cualitativa, el objetivo fue
ser lo más inclusivo posible de los distintos tipos de casos efectuados en una
SO, más que restringir el estudio (y sus hallazgos) a un único procedimiento.
Dado
que la variable de resultado fueron los procesos cognitivos y conductuales de
los miembros del equipo (no los resultados clínicos), ese abordaje permitió
obtener un conjunto de datos más rico mediante la inclusión de múltiples
miembros del equipo, a través de múltiples procedimientos. Por lo tanto, las
operaciones abiertas incluyeron: apendicectomía, reparación de hernia inguinal,
tiroidectomía, cirugía de venas varicosas y mastectomía.
Las
operaciones laparoscópicas incluyeron: colecistectomía, apendicectomía,
reparación de hernia inguinal y resecciones del intestino delgado. Este estudio
fue aprobado por el comité local de ética médica del hospital, como un proyecto
para la mejora de la calidad. Se obtuvo un consentimiento informado de todos
los pacientes participantes, antes de la recolección de datos y se aseguró el
anonimato.
Procedimiento del estudio
Por cada caso, 2 observadores estuvieron presentes en la SO, 1 cirujano y 1
científico del comportamiento. Antes de comenzar las observaciones, este último
fue entrenado por un experto, para competencia en el uso de la Observational
Teamwork Assessment for Surgery (OTAS) (esto es, coeficiente de confiabilidad
alcanzado, de correlación intraclase, de 0,70, que indica una calificación de
competencia aceptable [26]).
Para
minimizar el desvió a causa del efecto Hawthorne, los investigadores pasaron
algún tiempo en la SO sin realizar observaciones, antes de comenzar el estudio,
para aclimatar al equipo quirúrgico a su presencia. Durante la fase
intraoperatoria de cada caso, las distracciones y el trabajo en equipo fueron
registrados y clasificados en tiempo real [27]. Además, se registraron las
actividades y los eventos, utilizando técnicas estándar de campo de anotación
etnográfica [28], para asegurar la confiabilidad.
Al
final de cada caso, las escalas del NASA-Task Load Index (NASA-TLX) y la forma
corta del State Trait Anxiety Inventory (STAI) fueron administradas a los
miembros principales del equipo (cirujano primario, instrumentista y
anestesiólogo a cargo), para medir su carga de trabajo y estrés,
respectivamente.
Medición de resultados
Distracciones
Las distracciones en la SO fueron registradas en tiempo real por un observador
entrenado, utilizando un instrumento previamente validado [19].
Se
registró la frecuencia e intensidad de las siguientes distracciones:
(1)
personal externo ingresando, saliendo o iniciando conversaciones irrelevantes
con respecto al caso.
(2)
conversaciones irrelevantes dentro del equipo quirúrgico.
(3)
ruidos acústicos (teléfonos, celulares, localizadores, radio) y externos.
(4)
equipamiento (no disponibilidad o falla).
(5)
procedimental, intrínseco al trabajo quirúrgico (por ej., cirujano ralentizando
para enseñar a los estudiantes que observan).
(6)
ambiente de trabajo, relacionado con el entorno de la SO (por ej., pedal del
electrobisturí colocado en un lugar equivocado).
La
intensidad de las distracciones fue medida sobre una escala de 1 a 9: los
puntajes más bajos, de 1 a 3, están relacionados con estímulos salientes que
pueden afectar al equipo, los que son ignorados o tratados por el personal circulante;
los puntos 4 a 6 se relacionan con los miembros principales del equipo
(cirujanos, instrumentista y anestesiólogo) distraídos por un evento. Los
puntos más altos, de 7 a 9, se relacionan con 2 o más miembros principales del
equipo distraídos, llevando a la interrupción del flujo de trabajo.
Trabajo en equipo
Esto fue evaluado utilizando la extensamente validada OTAS [29]. La OTAS evalúa
5 aspectos del trabajo en equipo en la SO: comunicación, coordinación,
cooperación o comportamiento de resguardo, liderazgo y monitoreo del equipo o
conocimiento de la situación, cada uno en una escala de 0 a 6, con los puntajes
más altos indicando el mejor desempeño del equipo. Cada subgrupo en la SO
(anestésico, enfermería y quirúrgico) es evaluado separadamente, promediado las
calificaciones de cada uno en las 5 escalas de comportamiento. Los puntajes
globales del equipo quirúrgico son obtenidos promediando los puntajes de los 3
subgrupos.
Carga de trabajo
La carga de trabajo fue medida usando el validado NASA-TLX [30]. Esa
herramienta es ampliamente empleada en la aviación y otros ambientes de alto
riesgo para obtener estimaciones de la carga de trabajo. Captura 6 aspectos de
la misma: mental, físico y demandas temporales, frustración, esfuerzo y
desempeño. Cada uno de esos 6 ítems es auto-clasificado sobre una escala
análoga visual de 21 puntos (los puntajes totales van desde 6 hasta 126), con
los puntajes más altos indicando una alta carga de trabajo.
Estrés
Se usó la versión corta del STAI para capturar el estrés [31], que ha sido
validada para su uso en la SO [32]. El STAI mide el estrés usando 6 ítems: 3
positivos (“Me siento tranquilo”, “Me siento contenido” y “Me siento relajado”)
y 3 negativos (“Me siento tenso”, “Me siento molesto” y “Me siento preocupado”),
todos auto-clasificados sobre una escala de 4 puntos, dando – en consecuencia –
un puntaje total de 6 a 24. Los puntajes más altos indican mayor estrés. Los
ítems positivos son codificados al revés para el análisis.
Análisis de los datos
Los datos fueron analizados utilizando el programa estadístico
SPSS (SPSS, Chicago, IL). Las estadísticas descriptivas (medias y desvíos
estándar [DE]) fueron computadas para todas las mediciones. El análisis de
varianza (ANOVA) fue realizado para explorar la presencia de diferencias
significativas en el trabajo en equipo, carga de trabajo y niveles de estrés,
entre cirujanos, anestesiólogos e instrumentistas.
Los
análisis correlacionales (coeficientes de correlación r de Pearson) fueron
computados para evaluar estadísticamente la asociación entre distracciones,
trabajo en equipo, carga de trabajo y estrés, y para determinar si esas
mediciones estaban correlacionadas con la clasificación de la American Society
of Anesthesiologists (ASA) y la extensión del caso. Para todos los análisis, la
significación estadística fue establecida para una P < 0,05.
Resultados
Muestra de casos y participantes
Noventa casos fueron incluidos en el estudio, representando 69 horas y 40
minutos de observación en tiempo real, en la SO. La duración promedio de la
cirugía de los casos observados fue de 46 minutos (DE = 35,16). Las
clasificaciones ASA de los pacientes fueron desde I a IV (I = 55% de los casos;
II = 35%; III = 13% y IV = 1%). Las observaciones fueron recolectadas sobre 85
miembros del equipo: 23 cirujanos (9 de planta y 14 residentes mayores), 28
anestesiólogos (19 de planta y 9 residentes) y 34 enfermeras/os (21 mayores y
13 en entrenamiento).
Análisis descriptivos: niveles de distracción, trabajo
en equipo, carga de trabajo y estrés en la SO
Las distracciones fueron observadas en el 98% de los casos (88/90). El número
medio de distracciones intraoperatorias fue de 10,94 (DE = 7,11) por caso.
Tomando en cuenta la duración del caso, la tasa media de distracción fue de
6,69 (DE = 4,73) por hora, o 1 cada 10 minutos, en promedio.
La
intensidad media de la distracción fue de 4,72 (DE = 1,36). Los tipos más
prevalentes de distracciones fueron aquellos iniciados por personal externo
ingresando a la SO (81% de los cuales fueron innecesarios), seguido por
conversaciones irrelevantes en relación con el caso, dentro del equipo
quirúrgico, Las distracciones más intensas fueron las relacionadas con el
equipamiento (83% debidas a equipamiento equivocado o ausente y 17% debidas a
fallas del equipo), seguidas por distracciones procedimentales.
Trabajo en equipo
El puntaje medio del trabajo en equipo fue de 3,64 (DE = 0,42) sobre la escala
OTAS de 0 a 6. Los cirujanos recibieron puntajes significativamente más altos
en liderazgo, que los anestesiólogos o el personal de enfermería. Las
habilidades de cooperación de los cirujanos fueron también significativamente
más altas que la de los anestesiólogos. El personal de enfermería puntuó
significativamente más alto que los anestesiólogos, en comunicación y
cooperación, mientras que éstos puntuaron significativamente más alto en
coordinación. Finalmente, los anestesiólogos fueron significativamente mejores
que los cirujanos en el monitoreo del equipo.
Carga de trabajo
La carga media de trabajo para los cirujanos fue de 45,09 (DE = 22,06) sobre el
NASA-TLX; para los anestesiólogos fue de 37,38 (DE = 21,81) y para las
instrumentistas fue de 38,25 (DE = 18,20). La prueba ANOVA mostró que los
cirujanos experimentaron significativamente una mayor carga de trabajo que los
anestesiólogos e instrumentistas. La carga de trabajo de los anestesiólogos e
instrumentistas no difirió significativamente para unos y otros.
Estrés
El puntaje medio de estrés para los cirujanos fue de 8,92 (DE = 3,73), para los
anestesiólogos de 8,07 (DE = 2,83) y para las instrumentistas 8,08 (DE = 2,71).
Los cirujanos estuvieron significativamente más estresados que los
anestesiólogos e instrumentistas. Análisis correlacionales de distracciones,
trabajo en equipo, carga de trabajo y estrés en la SO
Distracciones y trabajo en equipo
Las distracciones estuvieron generalmente asociadas con problemas en el trabajo
en equipo. Más específicamente, la cantidad de conversaciones irrelevantes
iniciada por los cirujanos, se correlacionó negativamente con su puntaje de
comunicación, así como con sus puntajes de coordinación, liderazgo y monitoreo
del equipo (a través de las habilidades del equipo: r = -0,44 a -0,58, P <
0,05 a 0,01).
Igualmente,
los puntajes de los anestesiólogos sobre coordinación y liderazgo estuvieron
negativamente vinculados con la tasa de conversaciones irrelevantes iniciadas
por los cirujanos (r = -0,38 y r = -0,40 para coordinación y liderazgo,
respectivamente; P < 0,05) y también para las instrumentistas (r = 0,27 y r
= -0,29 para coordinación y liderazgo, respectivamente; P < 0,05).
Asimismo, los puntajes del personal de enfermería en todos los aspectos del
trabajo en equipo (comunicación, coordinación, cooperación, liderazgo y
monitoreo), fueron más bajos cuando la tasa de distracciones relacionadas con
el equipamiento fue alta (a través de todas las habilidades del equipo: r =
-0,42 a r = -0,50; P < 0,05). La tasa más alta de distracciones
procedimentales estuvo también vinculada con una mala comunicación del personal
de enfermería de la SO (r = -0,44; P < 0,05).
Una
tasa aumentada de distracciones relacionadas con el equipamiento, se asoció con
una mala comunicación de los cirujanos (r = -0,41; P < 0,05), mientras que
la cooperación de los anestesiólogos con el resto del equipo quirúrgico fue más
baja, cuando ocurrieron más distracciones relacionadas con el entorno de la SO,
tales como una mesa de operaciones en un ángulo incorrecto (r = -0,72¸ P <
0,05). No hubo correlación significativa entre las distracciones externas o acústicas
y el trabajo en equipo, para ninguno de sus miembros.
Distracciones y carga de trabajo
El patrón global que emergió aquí, fue que las conversaciones
irrelevantes en relación con el caso, ocurrieron cuando la carga de trabajo fue
baja. Más específicamente, las conversaciones irrelevantes iniciadas por el
personal de enfermería de la SO, se correlacionaron con la carga de trabajo más
baja reportada por los cirujanos (r = -0,28; P < 0,05).
Similarmente,
las conversaciones irrelevantes iniciadas por los anestesiólogos, se
correlacionaron con la carga de trabajo más baja reportada por las
instrumentistas (r = -0,39; P < 0,01). Contrariamente, los anestesiólogos
reportaron la carga más alta de trabajo en presencia de distracciones acústicas
más intensas (r = 0,30; P < 0,05). No hubo correlación significativa entre
las distracciones externas y la carga de trabajo, para ninguno de los miembros
del equipo.
Distracciones y estrés
Las distracciones acústicas más intensas se asociaron con los
niveles más altos de estrés entre los cirujanos (r = 0,32; P <
0,05). Igualmente, las distracciones intensas por el equipamiento, se
correlacionaron positivamente con los niveles más altos de estrés entre las
instrumentistas (r = 0,48; P < 0,05).
Un
conjunto final de análisis correlaciónales, mostró que la extensión del caso se
correlacionó positivamente con la clasificación ASA (r = 0,30; P < 0,05),
como era esperable; a su vez, la clasificación ASA más alta se correlacionó
positivamente con distracciones más intensas relacionadas con el trabajo (r =
0,74; P < 0,05) y niveles más altos de estrés entre los anestesiólogos (r =
0,26; P < 0,05). La extensión del caso se correlacionó también negativamente
con la tasa global de distracciones (r = -0, 49; P < 0,05), en otras palabras,
las distracciones fueron menos frecuentes en los casos más extensos.
Discusión
"Cuando la carga de trabajo fue
baja, los equipos tuvieron una mayor probabilidad de entablar conversaciones
irrelevantes en relación con el caso"
Este
estudio investiga las asociaciones entre las distracciones y el trabajo en
equipo del personal de la SO, la carga de trabajo y el estrés. Los hallazgos
confirman que las distracciones son omnipresentes – ocurrieron en el 98% de los
casos – y comparables con aquellas de estudios previos, que han reportado tasas
y tipos de distracciones similares en la SO [17-21,23].
Globalmente,
los puntajes del trabajo en equipo y los niveles de carga de trabajo y de
estrés de los miembros del equipo, fueron moderados. No obstante, los cirujanos
reportaron una carga de trabajo y estrés más alta que los otros miembros del
equipo, sin embargo también exhibieron los niveles más altos de liderazgo, lo
que sugiere resistencia y estrategias de afrontamiento, acordes con los niveles
más altos de experiencia de los participantes en el estudio.
Cuando
la carga de trabajo fue baja, los equipos tuvieron una
mayor probabilidad de entablar conversaciones irrelevantes en relación con el
caso. A causa de la naturaleza correlacional de este estudio, los autores no pudieron
inferir la causalidad, pero estos resultados sugieren que las conversaciones
informales pudieron haber sido usadas como una estrategia para “liberar
presión” en la SO.
Alternativamente,
también es posible que los equipos tuvieran mayor probabilidad de entablar una
conversación informal, durante casos de rutina, no estresantes, cuando tuvieron
capacidad extra de atención [34]. Sin embargo, las conversaciones irrelevantes
en relación con el caso, se asociaron también con un pobre desempeño del equipo.
Sin
pruebas cognitivas adicionales, no se puede inferir un
mecanismo para ese efecto; no obstante, una explicación posible es que un lapso
en la concentración, durante los momentos de distracción por esas
conversaciones, pudo haber conducido a una conciencia disminuida de las
necesidades de todo el equipo. Esto destaca la importancia de permanecer atento
a lo largo del caso, de manera de mantener un equipo con alto funcionamiento.
Las distracciones relacionadas con los problemas de equipamiento,
se asociaron con un pobre trabajo global en equipo entre el personal de
enfermería, y con altos niveles de estrés. Ese hallazgo no es sorprendente,
dado que la preparación del equipamiento y las fallas en el manejo, recaen
directamente dentro del rol profesional y responsabilidades del personal de
enfermería.
La
tasa de distracciones por el equipamiento, durante los procedimientos
observados, muchas de las cuales fueron por ausencia o equipamiento equivocado,
no fue insignificante: aproximadamente 1 distracción asociada con el
equipamiento cada 90 minutos de procedimiento. Aunque eso no fue
particularmente alto, cuando ocurren, los problemas de equipamiento pueden ser
frustrantes y una causa significativa de retraso.
También
son un ejemplo de un problema que podría haberse manejado con planificación y
comunicación preoperatorias adecuadas, incluyendo un informe preoperatorio.
Asimismo, las distracciones acústicas estuvieron vinculadas con los niveles más
altos de estrés reportados por los cirujanos, y la carga más alta de trabajo
reportada por los anestesiólogos.
Eso
puede ser explicado por la prevalencia de llamadas telefónicas y
comunicaciones por localizadores, causando mucha distracción, teniendo muchas
veces que atenderlas ambos grupos de profesionales, algunas veces en detrimento
del flujo quirúrgico.
La
tasa más alta de distracciones procedimentales, notablemente por la enseñanza
a los residentes de cirugía, se vinculó con la peor comunicación entre el
personal de enfermería. Ese hallazgo es interesante y requiere una
investigación adicional: puede indicar que el personal de enfermería suspende o
retarda su interacción con el equipo, cuando tiene lugar el entrenamiento, lo
que podría resultar en omisiones peligrosas.
Alentadoramente, la tasa más baja de distracciones se observó en los casos más
extensos y en aquellos con pacientes con la más alta morbilidad. No obstante,
la intensidad de las distracciones fue estadísticamente similar a través de los
casos, y más alta en las distracciones relacionadas con el trabajo. De manera
preocupante, esta última fue más intensa en los casos con la clasificación ASA
más alta.
Finalmente,
aunque no hubo asociaciones entre las distracciones externas y las mediciones
de resultados, el gran número observado de visitantes externos innecesarios en
la SO, debería ser una causa de preocupación, dado que el alto flujo del
personal en la SO ha estado asociado significativamente con las infecciones
adquiridas en el hospital [35].
Los
resultados de este trabajo deberían ser considerados dentro del contexto de las
limitaciones del estudio. La generalización de estos hallazgos a las etapas pre
y postoperatorias, y a otros procedimientos y escenarios, deberá se demostrada.
La extensión promedio de los casos fue relativamente corta, el ASA de los
pacientes fue bajo, indicando un riesgo bajo; los casos más extensos y
complejos pueden producir un bajo rendimiento del equipo en presencia de
distracciones. Asimismo, se obtuvieron sólo puntajes globales en todas las
mediciones.
Eso
imposibilitó un análisis más fino a través de las diferentes partes de los
procedimientos, que pueden desencadenar diferentes niveles de carga de trabajo
o de estrés en los miembros del equipo quirúrgico. Por ejemplo, la carga de
trabajo del personal de enfermería puede aumentar durante la etapa
preoperatoria, mientras se prepara el caso; los anestesiólogos pueden sentir
niveles más altos de estrés en la inducción y extubación; y es más probable que
los cirujanos reporten la carga más alta de trabajo durante los casos.
Esos
análisis podrían ser beneficiosos, pero requieren un trabajo adicional
significativo para los observadores y profesionales en la SO, que no fue
posible dentro de este estudio, sin poner en peligro la calidad de los datos.
Por otra parte, los resultados quirúrgicos (tal como los eventos adversos) no
fueron evaluados; por lo tanto, el vínculo entre ellos y las distracciones
observadas, debe ser comprobado.
Aunque
se hicieron esfuerzos para minimizar un potencial efecto Hawthorne, permitiendo
un período de familiarización durante el cual los observadores no evaluaron a
los miembros del equipo, su presencia en la SO pudo haber alterado la conducta
del equipo, resultando en algún grado de desvío.
También
se hicieron intentos para reducir otros desvíos potenciales: se usaron
instrumentos validados para todos los resultados, para reducir el desvío en las
mediciones; los casos fueron seleccionados al azar, para minimizar el desvío en
el muestreo; finalmente, se les pidió a los miembros del equipo que completaran
el NASA-TLX y el STAI inmediatamente después de cada caso, para reducir el
desvío de evocación. Sin embargo, dada la tendencia del plantel médico de
minimizar los efectos del estrés y la fatiga [8], los niveles de estrés y de
carga de trabajo pudieron haber sido subestimados.
Los resultados de este estudio tienen implicaciones para el desempeño
quirúrgico y bienestar del equipo. Aunque algunas distracciones pueden ser
inevitables, otras – particularmente durante las tareas que requieren una
atención focalizada – deberían ser proactivamente eliminadas, porque pueden
inducir al error humano y tener consecuencias negativas sobre la seguridad del
paciente [25].
Se
podría argumentar también, que aunque la mayoría de los casos observados en
este estudio fueron relativamente simples y “de rutina”, una cultura de
distracción dentro de la SO puede extenderse a casos más complejos. Los casos
en los que se han producido errores significativos, reportados voluntariamente
y analizados por cirujanos, en el UK´s Confidential Reporting System for
Surgery (por ejemplo, una anastomosis equivocada o el olvido en realizar una
anastomosis – ver en www.coress.or.uk) revelan a los cirujanos
y los equipos quirúrgicos distraídos, y a la sensación de caos en la SO, como
factores que contribuyen a los errores.
Hasta
cierto punto, las distracciones en la SO pueden ser manejadas a través de
intervenciones “sistémicas”, tales como el establecimiento de informes
preoperatorios regulares [36], el uso apropiado de la lista de comprobación de
la Organización Mundial de la Salud [37], o la introducción de protocolos
quirúrgicos estandarizados, (incluyendo, por ejemplo, el concepto de “SO
estéril”, en donde no ocurren conversaciones innecesarias en los puntos críticos
para la seguridad durante el procedimiento).
En
otras ocasiones, el manejo exitoso de esas distracciones puede descansar sobre
un fuerte liderazgo quirúrgico y miembros del equipo comprometidos. En efecto,
la habilidad de manejar efectivamente los errores y eventos inesperados es un
“marcador de excelencia quirúrgica” [22]. Finalmente, la mejora del desempeño
quirúrgico y de los resultados, requiere un enfoque de sistemas, que implica
mejorar los procedimientos y habilidades. Un claro entendimiento de la
interacción entre el equipo y el entorno de la SO es imperativo, si se quiere
realmente reconocer y mitigar todos los factores que impactan sobre el
desempeño del equipo y el error.
Conclusiones
Este estudio destaca la prevalencia de las distracciones y explora la relación
entre ellas y el estrés, la carga de trabajo y el trabajo en equipo, en la SO.
Los autores hallaron que las distracciones ocurren de manera regular (1 cada 10
minutos durante un procedimiento), y que los equipos son particularmente
vulnerables cuando el estrés y la carga de trabajo son bajos, remarcando la
necesidad de permanecer siempre atentos a través de todo el procedimiento.
El
hallazgo de que ciertas distracciones pueden perjudicar el desempeño del
equipo, puede contribuir al desarrollo de intervenciones basadas en evidencia,
destinadas al mejoramiento de esas distracciones y de la seguridad del paciente
en la cirugía.
Comentario y resumen objetivo: Dr. Rodolfo D. Altrudi
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